PARA MARTA
Gira y gira mi
cuerpo junto al suyo sobre unas sabanas fragantes. Encendida me quemo sobre su
pecho. Estoy sedienta y anhelo con urgencia de sus besos. Sus labios me calman
cuando exploran dentro de mi boca con audacia.
Ya, no sé
cuantas veces sollocé recostada a su lado, cuando el goce de sentirlo me
trasportaba hasta el mismo cielo.
Acallé los te
amo cuando el placer era infinito. Los convertí en su nombre huyendo junto a
mis suspiros. No quería que el ímpetu de una promesa, lo haga huir de nuevo de
mis brazos.
Tardó tanto en
regresar, y viví tan triste este tiempo, que me basta con sentir sus dedos
escalar mi piel mientras me roba un ruego. Una dulce suplica para que calme el
frío de la soledad que parece ensañado conmigo.
Lo miro y sus
ojos oscuros me reflejan. En ellos me veo como una mujer entera. Su dulce mujer
enamorada que nunca se cansó de esperarlo. Una bella mariposa que se alimenta
de la flor de sus deseos.
Sonríe y por
un momento me quedo sin latidos. Es tan bello y lo siento tan mío que mi sangre
parece correr por mis venas salvajemente, cuando me busca ardiente sobre la
cama.
Me río y sin
quererlo me sonrojo. Es que percibo tanto que no me alcanzan las palabras, por
eso dejo que mi osadía hable sobre su cuerpo sin ponerle límites.
Y cuando sus
dedos inician ese viaje interminable por los valles escondidos de mi universo
voluptuoso, le demuestro sin temores cuanto me encanta. Somos uno en el reino
de un cuarto, enredados como dos flores fragantes que arden dulcemente.
Quedaron atrás
los silencios largos que separaron nuestros días y cerraron ya las heridas que
nos causamos por no saber aquietar el orgullo.
Recorrimos un
largo sendero para llegar a este momento, donde el amor nos une plenos y a
ambos nos preserva la vida.
y él y ella se dijeron mutuamente ...TE EXTRAÑO
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